Si eres diseñador, creador de contenidos o trabajas en una agencia de publicidad/marketing, sabrás que uno de los mayores retos no es la creatividad, los plazos ni siquiera el presupuesto: es la falta de claridad por parte del cliente. A veces, el briefing no llega nunca. Otras, llega incompleto, genérico, contradictorio o lleno de frases manidas como «soy un gran profesional del sector». Gestionar un proyecto sin una hoja de ruta clara puede ser frustrante, pero también es una oportunidad para liderar, escuchar y aportar valor real a tus clientes. A continuación, compartimos algunas claves que nos ayudan a afrontar este tipo de situaciones desde la estrategia, la empatía y la experiencia. Hoy, en Tangram, te mostramos cómo guiar y ayudar a tu cliente a elaborar el briefing perfecto:
1. Hacer las preguntas correctas
Cuando no hay briefing, hay que crearlo. Pero no desde la suposición, sino desde la conversación. Hacerle preguntas para definir nuestra estrategia será nuestra mejor herramienta. Te proponemos algunos ejemplos:
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¿Cuál es el objetivo real de esta campaña?
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¿A quién queremos llegar?
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¿Qué ha funcionado en el pasado?
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¿Qué NO queréis volver a hacer?
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¿Cómo sabréis que esto ha sido un éxito?
La clave está en ir más allá del “quiero un logo” o “necesito presencia en redes” y explorar las necesidades que hay detrás.
2. Traducir intuiciones en estrategias
A menudo, el cliente tiene claro lo que no quiere, pero no sabe cómo expresarlo en términos técnicos. Nuestra labor como agencia es traducir esas intuiciones, impresiones o incluso descripciones vagas en criterios concretos que guíen el trabajo. Por ejemplo, si un cliente dice que quiere algo “fresco y joven”, conviene explorar qué significa eso para él: ¿colores? ¿tono de voz? ¿referencias culturales? El reto está en interpretar, no solo ejecutar.
3. Co-crear en lugar de imponer
Cuando falta un briefing, puede ser tentador imponer una solución unilateral desde el lado creativo. Sin embargo, es mucho más eficaz involucrar al cliente en el proceso. Una sesión de trabajo conjunto (presencial o virtual), moodboards colaborativos o ejemplos comentados pueden ser aliados para construir una dirección común. Co-crear no significa renunciar a la profesionalidad, sino demostrar apertura, escucha y compromiso con el resultado.
4. Validar por fases
Con clientes que no tienen una idea clara desde el principio, es fundamental validar el enfoque en etapas tempranas. Un guion previo, una maqueta o una prueba piloto pueden ahorrar muchas revisiones (y frustraciones) a futuro. Además, trabajar por fases facilita que el cliente se sienta parte del proceso, lo que mejora la confianza y reduce el riesgo de que los cambios de rumbo lleguen tarde y de forma drástica.
5. Documentar todo (sí, todo)
Finalmente, cuando trabajamos sin briefing, todo acuerdo, decisión o aprobación debe quedar por escrito. Esto no solo protege al equipo, sino que evita malentendidos y facilita mantener el foco cuando el proyecto evoluciona.
En definitiva, la falta de briefing no es el fin del mundo. De hecho, puede ser el comienzo de una relación de trabajo más sólida si sabemos abordar la incertidumbre con metodología, diálogo y visión estratégica. Y si eres tú quien necesita un breafing o una estrategia de marca, recuerda que en Tangram somos expertos y podemos ayudarte.