Cartas de restaurante geniales

10/03/2015

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Uno de los aspectos que más nos llaman la atención cuando visitamos un establecimiento es la decoración y la limpieza que tengan, después es cuando nos fijamos en los detalles y es en estos donde podemos advertir que se trata de un negocio que se preocupa por su devenir o que están un poco dejados a su suerte.

En un restaurante sucede lo mismo, decoración, limpieza, etc., pero también el servicio y los citados detalles. Muchos restaurantes tienen cartas que parecen una encíclica, no solo de largas sino de antiguas, algo que no dice demasiado a favor del establecimiento, pero muchos otros están cayendo en la cuenta de que la carta es uno de esos detalles con los que puede ganarse al público e incluso crear una oportunidad de compra de determinado plato o elaboración.

Por ello cada vez son más restaurantes las que hacen que su cara sea un fiel reflejo de lo que ofrecen, ni más ni menos. Atrás han quedado las cartas fotocopiadas y plastificadas, las que vienen dentro de una especie de cubiertas acolchadas o las que vienen en un papel dentro de un soporte publicitario; estamos en un momento de cartas geniales, personalizadas y con mucho estilo.

Podemos encontrar cartas con la forma del logotipo del restaurante o cadena de restaurantes donde vayamos a comer, un interior completamente cuidado, sobre todo en cuanto a las faltas de ortografía y la calidad de las fotografías expuestas, e información detallada sobre cada plato, incluso con las calorías que tiene.

Estos pequeños detalles pueden marcar la diferencia entre una carta normal y corriente y otra con mucho estilo e información relevante para el cliente, quien sabrá en todo momento lo que está comiendo y qué le aporta a su organismo.

En las fotografías, si hubiese, debe mostrarse el aspecto real del plato a servir, sin ningún retoque más que los de la luz, algo básico en una buena fotografía. La fidelidad del plato a la foto debe ser una premisa para que el cliente tenga un feedback inmediato de lo que va a encontrarse cuando pida esa elaboración gastronómica.

Para conseguir que una carta tenga punch hay que utilizar varios ingredientes: exprimirse un poco el cerebro y buscar aquella forma con la que el cliente pueda identificar nuestra firma, producto o servicio, echarle un poco de imaginación, un poco de atrevimiento, cuidar las fotografías al máximo, incluir información nutricional importante e incluso aportar una pizca de humor si el restaurante es en plan informal, o sobriedad (pero sin pasarse) en un restaurante más serio. Detalles que todo buen cliente apreciará.

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