Creatividad y Design Thinking

06/08/2014

Design Thinking

Uno de los grandes pilares de la publicidad es la creatividad. Una agencia o un freelance con este don es uno de los engranajes maestros que no pueden faltar en ninguna campaña que se precie. Pero no basta solo con tener imaginación sino que hay que saber también cómo se plasma y hacer que llegue a la gente, que las personas sientan verdadera necesidad de comprar determinado producto o al menos que una campaña consiga convertirse en algo muy especial de lo que todo el mundo hable.

El mundo de la publicidad tiene mucha otras disciplinas ligadas a la creatividad, una de ellas es lo que se conoce como Design Thinking, un término acuñado en el año 2008 para determinar una corriente creciente en las empresas para mejorar sus estrategias de desarrollo de productos y servicios.

Tim Brown, su inventor, decía del Design Thinking que era una disciplina capaz de usar la sensibilidad y los diferentes métodos de trabajo de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que la tecnología pueda hacer así como lo que una estrategia de negocios puede convertir en valor para los clientes así como convertirse en una estupenda oportunidad para el mercado.

Ni sus palabras ni el propio Design Thinking cayeron en saco roto y hoy en día es usado por grandes compañías dedicadas no solo a la publicidad sino por compañías grandes que forman parte del enorme tejido empresarial a escala global como puede ser Procter & Gamble entre muchas otras.

Actualmente podríamos decir que se trata de uno de los grandes pilares que tienen que tener en cuenta los emprendedores así como los proyectos de marca personal. Es una metodología tan válida y con tantos valores, que ha sido adoptada por grandes instituciones académicas de primer orden como las universidades de Stanford, Berkeley o Georgetown entre muchas otras.

Si nos paramos a pensar en qué consiste el Design Thinking, es una metodología de innovación basada en determinados principios muy sencillos: trabajo en equipo, observar con empatía, recibir inspiración, crear miles de ideas, elegir una de ellas, diseñar prototipos, llevarlos al mercado y cambiar el mundo.

Puede parecer algo descabellado y quizá pretencioso eso de cambiar el mundo, pero es algo que se lleva usando desde hace varios años con muy buenos resultados, por lo que, parafraseando a Sir Arthur Conan Doyle:

Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad.

En el Design Thinking se entremezclan tanto la tecnología como los negocios y también las personas, todo ello basado en la empatía, la síntesis y la implementación. Dentro de la empatía destaca la comprensión a la hora de formular el problema y la observación, donde se realizan los análisis de los problemas desde el punto de vista del usuario, para llegar a la empatía con él mediante la escucha y la observación.

La síntesis está compuesta por la definición, donde se desarrolla el punto de vista y se define el problema; y las ideas, donde se genera el mayor número de ideas posibles.

Finalmente, la implementación cuenta con dos aspectos muy importantes, prototipar, donde se refinan las ideas y se busca el feedback del propio usuario y la etapa de test o evaluacion, donde tras haber recogido ese feedback, se pasa a determinar el cumplimiento de los objetivos.

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