Publicidad en movimiento

19/05/2015

marketmoving

Dentro de los muchos soportes en los que tiene cabida la publicidad, siempre están ideándose nuevos canales para poder llegar al público, sobre todo de una forma más natural y menos intrusiva que algunos medios. Aunque no es algo nuevo, la publicidad en movimiento forma parte del ecosistema de nuestras ciudades y seguro que todos, en alguna ocasión, hemos visto llamativas campañas publicitarias en los lugares más insospechados.

¿Hay algún soporte específico para la publicidad en movimiento?

Podemos decir que no, y todo aquello que sea susceptible de poder moverse o incluso de estar estático en un lugar de mucho paso, puede ser considerado como esta clase de publicidad. Puede ser un autobús urbano con un vinilo microperforado con un mensaje original o simplemente un envoltorio para las barras de pan por ejemplo.

Entre las ventajas que tiene esta clase de publicidad se encuentra que es algo que puede ver todo el mundo y que consiguen captar la atención de muchas personas, sobre todo si el producto o servicio publicitado tiene tras de sí un buen trabajo creativo y un buen acabado, con lo que los impactos son más notables, redundando en beneficios para la campaña en sí.

Por ejemplo, uno de los ejemplos más clásicos de la publicidad en movimiento son las bolsas, tanto las del supermercado como las de tiendas de ropa, complementos, electrónica, etc. Son la mejor manera de sacar la tienda y sus productos más allá de las propias limitaciones físicas del establecimiento.

Son la imagen de un comercio fuera de él, por ello también es algo que debe ser cuidado al detalle. Además, las bolsas y su mensaje son algo que puede perdurar en el tiempo, dado que gracias a la concienciación medioambiental que hay hoy en día, muchas personas optan por reutilizarlas, proporcionando más visibilidad al comercio o firma.

Pero no solo de bolsas de comercios, autobuses o bolsas para el pan, la publicidad en movimiento puede abarcar cientos y cientos de opciones diferentes, tanto en los propios vehículos, como taxis, bicitaxis, autobuses, ciclomotores, etc., así como en la ropa de trabajadores de determinada firma, escaleras mecánicas, comida a domicilio y todo un universo de alternativas diferentes.

En este aspecto los equipos creativos de las empresas de publicidad o los profesionales freelance tienen un gran trabajo por delante y aunque no es algo que esté extremadamente explotado, sí que hay que exprimir bien la materia gris para conseguir algo original y diferente a lo que solemos estar acostumbrados a ver en nuestras ciudades.

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